martes, 17 de mayo de 2011

La importancia del equilibrio en el organismo y cómo conseguirlo.

“El sol, el agua y el ejercicio conservan perfectamente la salud a las personas que gozan de una salud perfecta”.

Noel Clarasó (1905-1985) Escritor español.


En este articulo vamos a abordar desde un punto de vista global, la necesidad que tiene el cuerpo humano de permanecer en equilibrio. Las variables sobre las cuales nos vamos a centrar son: el equilibrio físico, químico y emocional o mental. Al igual que sucede en la naturaleza que para que permanezca estable se debe de dar un equilibrio en todos sus ámbitos, para que un cuerpo esté en armonía y fuera de cualquier patología debe de estar en perfecto equilibrio.
            Ya desde el primer momento en el cual somos concebidos y no somos más que un embrión, las células empiezan a interactuar junto a las células maternas a través de la placenta. Cualquier disfunción de la madre se verá reflejada en el futuro bebé. Al nacer, el parto, la salida a un nuevo ambiente, son causas para que desde pequeños nos comencemos a desequilibrar. Y así a lo largo de toda la vida,…
            Pero vamos a comenzar a desgranar los diferentes aspectos del equilibro. Desde el punto de vista físico el cuerpo humano se compone principalmente de un armazón que es el esqueleto, sujeto por una serie de ligamentos. Toda esta estructura de soporte es movida por los músculos. Desde el mismo momento que somos diestros o zurdos esta empezando a desequilibrarse, generando una serie de tensiones en diferentes partes del cuerpo. Un ejemplo claro son todos esos deportes que se consideran muscularmente asimétricos, como es el caso del tenis, fútbol, balonmano, baloncesto,…. Igualmente sucede en el ámbito laboral cuando las personas trabajan o desarrollan más unas zonas que otras: albañiles, secretarias, cocineros,….. Todo este tipo de personas con una serie de estiramientos, podrán mantener en equilibrio su organismo. Igualmente sucede con los traumatismos. Véase accidentes de tráfico, laborales, deportivos,…. Todos estos acontecimientos hacen que las estructuras se vean dañadas por lo que harán caer al cuerpo en desequilibrio. Bien es cierto que algunas personas a lo largo de su vida se verán afectadas por un sinfín de patologías, a pesar de cuidarse una barbaridad. No hay que olvidarse que la condición genética es parte de nuestra vida. Y queramos o no unas personas vienen mejor “hechas” de fábrica que otras.
            Desde el punto de vista químico el cuerpo humano es un complejo laboratorio que para su buen funcionamiento debe de estar equilibrado. Desde un PH adecuado, hasta la concentración correcta de sodio o potasio. Este sistema permite al cuerpo mantener la homeostasis. Que no es otra cosa que mantener el sistema interno estable y constante. Para ello la principal fuente de mantenimiento de este sistema es la alimentación. Como algunos autores aciertan a comentar “somos lo que comemos”. Y efectivamente es uno de los problemas principales en la sociedad actual. El ritmo de vida ha cambiado nuestros hábitos saludables de hace muchos años. Además en la actualidad muchos de los alimentos vienen embasados con sus correspondientes conservantes, aromatizantes, etc.,… Por lo tanto una de las fuentes principales de equilibrio químico del cuerpo son los alimentos. Desarreglos en la alimentación, exceso de azúcar, bollería industrial, café, alcohol,….hacen que  nuestro organismo no funcione de manera satisfactoria. Por otro lado también la ausencia de alimentos fundamentales en la dieta nos plantea el mismo problema.
            Por último el apartado mental o psicológico es otro de los pilares fundamentales en nuestra vida. No olvidemos “mente sana in corpore sano”. La sociedad actual nos hace llevar un ritmo de vida, que es como si un reloj nos persiguiera continuamente. El aumento continuo de ventas de medicamentos antidepresivos es una muestra. Así como la aparición o acentuación de algunas patologías en niños: hiperactividad, síndrome de atención,… Sin olvidarnos los problemas que se tienen al conciliar el sueño.
            Una vez analizado los diferentes puntos básicos para el equilibrio. ¿Cuándo sé que mi cuerpo esta en desequilibrio?. Uno de los recursos básicos que tiene el organismo para avisarnos de que algo no va bien es el dolor. También la sensación de malestar o el agobio es otro de los recursos que tiene el cuerpo para avisarnos de que algo no va bien. La solución por la que solemos intentar solucionar estos problemas es por la vía rápida. Sobre todo en el apartado del dolor es algo que detestamos. Esta claro que no hemos venido al mundo para sufrir. Pero en el momento que tenemos dolor lo intentamos aniquilar sin preocuparnos por la causa. Es como si, cuando un edificio esta en llamas y la alarma no para de sonar, en lugar de apagar el fuego nos dedicamos a cortar los cables que hacen sonar la alarma. Esto puede desencadenar un circulo vicioso en los tres apartados que estamos analizando, del cual es muy difícil salir. Imaginaros que empezamos con un dolor de espalda porque nos hemos quedado dormidos en mala postura en el sofá. Puede que si nuestro cuerpo está próximo al equilibrio, él solo se reparará. Pero si estamos en el punto que cualquier cosa nos puede desequilibrar, comenzaremos a sentir dolor de espalda. Podemos tomar algo para el dolor pero a la vez podemos buscar alternativas que nos devuelvan la salud a nuestra espalda. Si no se nos pasa el dolor seguiremos tomando medicación para aliviar nuestro mal. El exceso de medicación puede producir un desequilibrio en nuestro organismo. Desde una sobrecarga en el hígado, hasta una alteración de los jugos gástricos. Ahora además de tomar algo para el dolor de espalda, tendremos que aliviar nuestros problemas estomacales. Si el problema no se soluciona, nos generará estrés y agobio y nuestro cerebro empezará a sentirse mal, pudiendo producirnos un estado de depresión. Y así podemos seguir sintiendo nuevos dolores, nuevos malestares, y nuevos agobios. Semanas, meses y años.
            ¿Cómo podemos romper ese circulo vicioso?. La mejor solución  siempre es la prevención. Con ejercicio, una buena alimentación y una saludable vida mental, nuestro cuerpo estará preparado para cualquier ataque. En el caso de que el proceso de desequilibrio ya esté en marcha, tenemos que tener claro que debemos cambiar una serie de hábitos. Desde comenzar a hacer ejercicio, a comer de manera diferente pueden ser una de las soluciones que nos pueden ayudar.
            Estos apartados serán analizados de manera exclusiva en otros capítulos. No hay que olvidar que todo este enfoque siempre hay que abordarlo de manera individual. Cada persona somos un mundo con nuestras carencias y nuestras virtudes.

                                  Roberto Paniagua López. Osteópata.
                                          www.osteopatiaenurnieta.com

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